Hay momentos en nuestra vida que llegan como regalos inesperados, recuerdos que quedan inmortalizados como parte de la película de nuestra existencia.
Hace unas semanas, fui testigo de uno de esos momentos mágicos que la vida, con toda su generosidad, decidió ofrecerme.
Unos amigos sellaron su compromiso de amor de forma íntima con total sencillez.
Una ceremonia discreta en la que tuve el privilegio de ser testigo.
El anonimato fue la alfombra roja y el amor fue la verdadera estrella.
Como fotógrafa, vi ese momento como una imagen perfecta.
El amor sin alarde, la emoción sin filtros, sólo la autenticidad y el compromiso que fluye desde el corazón. Como en una fotografía, el momento perfecto no se trata de la grandeza o apariencia, sino de la verdad que hay en él. Cada detalle de este día especial habla de su compromiso, una promesa de cuidarse mutuamente para crecer juntos a pesar de las tormentas que la vida pueda presentarles.
Una promesa que se mantiene aunque nadie más lo sabe.
El compromiso, en esta narrativa silenciosa, es el hilo conductor que une a dos personas.
Es la fuerza silenciosa que sustenta el amor.
Ser testigo me recuerda y reafirma que el amor de verdad está basado en la magia de la mirada hacia el otro, y tiene que ver más con el compromiso que con palabras hermosas.
Mis dedos teclean este post para intentar expresar la emoción que sentí al hacerme partícipe, un regalo que no sólo recibí como testigo de ese momento mágico, sino como espectadora privilegiada en nombre de la auténtica amistad que dice:
«Confiamos en ti lo suficiente para compartirte nuestro especial».
Somos fotógrafos de nuestras propias vidas y debemos saber valorar la belleza de la sencillez, para distinguir lo extraordinario en lo ordinario. Estoy enormemente agradecida por haber podido formar parte de esta preciosa historia de amor que al mismo tiempo ilumina las páginas del relato de mi propia vida.
Hoy este post es mi pequeño homenaje a los protagonistas de esta historia que me han permitido ser partícipe silenciosa de un momento tan íntimo y tan lleno de amor y que a la vez me confirma que nuestra amistad es autentica.
Éste es mi regalo para vosotros, los protagonistas de mi historia de hoy.
«Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo»
Gabriel García Márquez
